Tacos dorados de pollo

English Cuando se me acaba el tiempo (o sea… casi siempre), y quiero poner algo rico en la mesa rápido, no hay nada como unos buenos tacos dorados de pollo. Piensa en esos tacos crujientes de pollo congelados del Costco o de Trader Joe’s… pero mucho mejores. Lo hecho en casa siempre gana, ¿verdad?

De hecho, aprendí a hacerlos gracias a la mamá de mi amiga Ana, allá en México. Ella es de esas señoras mágicas que pueden cocinar diez cosas a la vez y todo les queda delicioso. Cada vez que hacíamos pijamadas en casa de Ana, su mamá freía una charola llena de estos taquitos crujientes como botana (sí, botanas para una pijamada—¡las mamás mexicanas no se andan con juegos!). Siempre los servía con su cremosa salsa de aguacate, que también te comparto aquí, porque créeme—vas a querer untarla en todo.

Desde entonces, quedé enganchada. Ahora me encanta hacerlos con tortillas taqueras, esas chiquitas que encuentras en tiendas latinas. Son perfectas como aperitivo para fiestas—como pequeños “puros” crujientes de pollo. Pero si solo tienes tortillas normales, ¡hazlos grandotes y sírvelos como cena!

Corónalos con lechuga finamente picada, tal vez algo de crema o queso fresco, o con mi deliciosa salsa cremosa aquí abajo. Y si quieres ir con todo, sírvelos con frijoles refritos con chorizo al estilo norteño. ¡Boom! Fiesta completa en el plato.

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Cómo preparo mis auténticos tacos dorados de pollo deshebrado

Yo lo hago fácil y uso pollo rostizado desmenuzado (sí, soy esa mamá).

Paso 1. Calienta las tortillas en un sartén por unos 10 segundos de cada lado, hasta que estén suavecitas y flexibles.

Paso 2. Coloca un poco de pollo en un extremo de la tortilla y enróllala apretadita. Sujeta con un palillo para que no se deshaga.

Paso 3. Calienta suficiente aceite en un sartén para cubrir los tacos. Cuando esté bien caliente, pon los tacos con cuidado en el aceite.

Paso 4. Fríelos unos 3 minutos, voltéalos y fríe 1–2 minutos más hasta que estén doraditos y crujientes.

Paso 5. Déjalos reposar sobre un plato con papel absorbente para quitar el exceso de grasa. ¡Y listo!

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Salsa cremosa de aguacate para dipear (o beber… no te voy a juzgar)

Amo tanto esta salsa de aguacate que hasta la uso como aderezo para ensaladas. Es cremosa, deliciosa y peligrosamente fácil de hacer.

Necesitas:

• 1 aguacate maduro
• 1/4 taza de leche
• 3 cucharadas de crema mexicana (o crema agria si es lo que tienes)
• Sal al gusto
• 1 diente de ajo
• 1 jalapeño
• 1/3 taza de cilantro fresco (¡sí, con todo y tallos!)

Truco secreto: Mientras fríes los tacos, mete el ajo y el jalapeño al aceite por un par de minutos. Esto resalta muchísimo el sabor y mejora la salsa.

Luego, simplemente licúa todo hasta que quede suavecito. Prueba y ajusta la sal. ¡Y ya está!

Tip extra: Prepara esta salsa el mismo día que la vayas a servir para que el aguacate no se oxide. La queremos verde y hermosa.